La Ermita de A Lanzada, asentada sobre un promontorio rocoso que domina el Atlántico en la entrada de la ría de Arousa, constituye uno de los enclaves más antiguos, simbólicos y cargados de espiritualidad de Galicia. Su presencia, ligada durante siglos a ritos paganos, creencias populares y devociones cristianas, la convierte en un lugar donde la historia y la mitología se entrelazan de forma inseparable. Desde su arquitectura románica hasta los restos de antiguas fortificaciones que la rodean, este pequeño templo resume mil años de vida costera, defensa estratégica y tradición mística. En este artículo profundizamos en su origen, su evolución histórica, el poder simbólico que aún conserva y toda la información práctica para visitarla.
Historia de la Ermita de A Lanzada: orígenes entre la defensa y el culto
Contenido
- Historia de la Ermita de A Lanzada: orígenes entre la defensa y el culto
- Arquitectura románica: una joya sencilla pero cargada de simbolismo
- Leyendas, ritos y simbolismo: un lugar donde lo pagano y lo sagrado conviven
- A Lanzada como santuario marinero: un refugio espiritual frente al Atlántico
- La playa de A Lanzada: un entorno natural que enmarca la ermita
- Cómo llegar a la Ermita de A Lanzada desde diferentes puntos de Galicia
- Consejos para disfrutar al máximo tu visita a A Lanzada
- Un lugar donde la historia, el paisaje y la espiritualidad se unen
La construcción de la ermita actual se remonta al siglo XII, cuando el románico gallego vivía uno de sus momentos de mayor esplendor. Sin embargo, el promontorio de A Lanzada ya era un lugar frecuentado y venerado desde muchos siglos antes, como atestiguan los restos arqueológicos hallados en su entorno.
Un enclave estratégico desde época prerromana
El asentamiento original se vincula a antiguas comunidades castreñas que usaban este punto como atalaya natural frente a incursiones marítimas. El dominio visual era excepcional: desde la punta rocosa se controlaban las rutas costeras, la entrada de la ría y los movimientos de pesca. La presencia de materiales cerámicos castrexos confirma que el lugar ya tenía interés defensivo y posiblemente ritual.
La fortaleza altomedieval y su papel frente a los saqueos
Durante la Alta Edad Media se construyó en la zona una fortaleza que formaba parte del sistema defensivo marítimo del Reino de Galicia. Su función principal era alertar y resistir ataques normandos o saqueos procedentes del norte. De aquella estructura sobreviven fragmentos de muralla y la base de una antigua torre, visibles alrededor del templo.
Al desmantelarse progresivamente las funciones militares del enclave, el recinto fue adquiriendo un carácter religioso cada vez más dominante. La ermita románica que hoy contemplamos nació en ese tránsito, integrando una arquitectura sobria, resistente y adaptada a los embates del viento atlántico.
Arquitectura románica: una joya sencilla pero cargada de simbolismo
La ermita presenta una planta rectangular, muros de piedra granítica y una fachada que resume la estética del románico tardío de las Rías Baixas. Aunque su diseño parezca austero, cada elemento cumple una función precisa en un entorno expuesto a fuertes temporales.
El arco triunfal y las claves iconográficas
El interior, de una sola nave, se articula en torno a un arco triunfal que otorga ritmo visual y concentra la atención en el altar. Diversas investigaciones señalan que algunos detalles escultóricos sugieren una intención protectora frente al océano, interpretando las figuras como amuletos simbólicos que vinculaban la fe cristiana con antiguas supersticiones marineras.
La espadaña y su función como guía costera
La característica espadaña de la ermita, sencilla pero robusta, no solo cumplía una función litúrgica. Durante siglos sirvió como punto de referencia para los navegantes que cruzaban la ría, actuando como guía visual en un tramo costero especialmente expuesto a bancos de arena y oleaje.
Leyendas, ritos y simbolismo: un lugar donde lo pagano y lo sagrado conviven
A Lanzada es mucho más que un templo. Es uno de los espacios rituales más importantes de Galicia, especialmente asociado a la fertilidad, la purificación y las fuerzas ancestrales del mar.
El famoso “baño de las nueve olas”
Uno de los rituales más conocidos es el baño de las nueve olas, una tradición que se celebra cada verano, especialmente durante la romería de la Virgen de A Lanzada. Las mujeres que desean aumentar su fertilidad se sumergen en el mar y dejan que nueve olas sucesivas golpeen su cuerpo.
Este rito, heredero de antiguos cultos celtas a la maternidad y la renovación, simboliza la limpieza de energías negativas, la conexión con la naturaleza y la petición de protección a la Virgen.
La noche de San Juan y la purificación ancestral
Durante la noche de San Juan, la playa situada al pie del santuario se convierte en escenario de prácticas de purificación vinculadas al agua y al fuego. Quienes participan buscan alejar enfermedades, atraer buena suerte y cerrar ciclos personales. El vínculo entre las olas y la salud espiritual es una constante en este enclave.
El amuleto de la piedra de los deseos
Cerca de la ermita se encuentra una roca perforada que, según la tradición, ayuda a canalizar deseos y sanar preocupaciones. Quienes visitan el lugar suelen introducir la mano en su interior o dejar pequeñas ofrendas en los orificios naturales de la piedra.
A Lanzada como santuario marinero: un refugio espiritual frente al Atlántico
Las gentes del mar siempre han sentido una profunda conexión con este espacio. La ermita ha sido durante siglos un faro espiritual para pescadores, marineros y familias que vivían de la costa.
Devoción protectora para quienes navegaban
Muchos marineros acudían a A Lanzada antes de embarcarse para rogar por un viaje seguro, especialmente en épocas de mar bravío o cuando se enfrentaban a travesías largas. La Virgen de A Lanzada fue considerada guardiana de quienes trabajaban bajo condiciones extremas.
La tradición de las ofrendas marinas
Con el paso del tiempo surgió la costumbre de ofrecer pequeños objetos relacionados con la pesca —redes, boyas o trozos de madera de embarcación— como agradecimiento por un regreso seguro o como petición de protección. Aunque esta práctica es hoy menos frecuente, aún se conservan testimonios de ella en crónicas locales.
La playa de A Lanzada: un entorno natural que enmarca la ermita
La ermita se levanta sobre uno de los arenales más emblemáticos de Galicia: la Playa de A Lanzada, un extenso litoral de más de dos kilómetros que combina dunas, mar abierto y un ecosistema muy delicado.
Un ecosistema protegido
La zona forma parte de la Red Natura 2000, lo que garantiza la protección de sus dunas móviles, aves migratorias y flora autóctona. Pasear por sus pasarelas de madera permite disfrutar del paisaje sin afectar a su equilibrio ecológico.
Un escenario único para los amaneceres y atardeceres
La luz atlántica transforma este lugar en un espectáculo visual. El sol emergiendo tras las islas Ons al amanecer o cayendo sobre el océano al atardecer crea una atmósfera que muchos visitantes describen como mística. La ermita, recortada contra el horizonte, añade un componente poético al paisaje.
Cómo llegar a la Ermita de A Lanzada desde diferentes puntos de Galicia
La localización del santuario, entre O Grove y Sanxenxo, permite acceder fácilmente desde cualquier punto de las Rías Baixas.
Llegar desde O Grove
Desde el centro de O Grove basta con tomar la carretera O Grove–Sanxenxo (PO-308) y continuar bordeando la costa durante pocos minutos. La ermita aparece elevada sobre las rocas, justo antes de acceder al istmo que conecta con el istmo de A Lanzada.
Llegar desde Sanxenxo o Portonovo
Quienes parten de Sanxenxo solo deben seguir la misma PO-308 en dirección O Grove. Después de pasar la playa de Areas Gordas, el santuario se eleva claramente sobre el horizonte marítimo.
Llegar desde Pontevedra o Vigo
Desde Pontevedra, la ruta más directa es tomar la vía rápida hacia Sanxenxo y continuar después por la PO-308 hasta el entorno de la playa. Desde Vigo, el trayecto discurre primero por la autopista AP-9 y después por las carreteras costeras que conducen a Sanxenxo.
Aparcamiento
Hay varias zonas de estacionamiento habilitadas cerca de la ermita, especialmente en verano. Conviene llegar con tiempo en temporada alta debido a la alta afluencia de visitantes.
Consejos para disfrutar al máximo tu visita a A Lanzada
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Respetar el entorno natural, especialmente las dunas protegidas.
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Acceder a la ermita en momentos de menos afluencia para apreciarla en silencio.
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Si se visita durante la romería, tener en cuenta que el tráfico puede estar restringido.
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Explorar el antiguo castro y restos de la fortaleza para comprender mejor la historia del lugar.
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Caminar por las pasarelas que bordean la playa para obtener las mejores vistas del santuario desde la arena.
Un lugar donde la historia, el paisaje y la espiritualidad se unen
La Ermita de A Lanzada mantiene viva una mezcla única de tradiciones, culto y belleza natural. Su valor no reside únicamente en su arquitectura románica o en las leyendas que han trascendido. Su fuerza proviene de la forma en que este enclave conecta a quienes lo visitan con el océano, con siglos de historia gallega y con la persistencia de rituales que han sobrevivido generación tras generación. Es un espacio donde la memoria y la emoción se funden de manera natural.
