Descubre la Cruz da Esculca en Ermelo en Bueu

Cruz da Esculca en Ermelo

Historia, senderismo y vistas únicas de la Serra do Morrazo

En el corazón del municipio de Bueu, en la parroquia de Ermelo, se levanta uno de los miradores naturales más impresionantes de las Rías Baixas: la Cruz da Esculca. Este punto emblemático combina el valor histórico, religioso y paisajístico en un entorno de naturaleza pura. Subir hasta ella no solo supone una experiencia de conexión con el paisaje gallego, sino también una oportunidad para recorrer uno de los senderos más bellos del Monte de Ermelo, con vistas espectaculares a la Ría de Aldán, la Ría de Pontevedra y el Atlántico.

En esta guía detallada te llevamos a descubrir cada rincón de la Cruz da Esculca: su origen, cómo llegar, qué ver durante la ruta y por qué se ha convertido en un imprescindible para los amantes del senderismo y la naturaleza gallega.

Historia y simbolismo de la Cruz da Esculca

La Cruz da Esculca tiene raíces que se pierden en el tiempo. Su nombre proviene del término “esculca”, que en gallego antiguo hace referencia a un punto de vigilancia o de observación. De hecho, su ubicación en lo alto del monte no es casual: durante siglos fue un lugar estratégico desde el cual se podía divisar gran parte del litoral de la península del Morrazo. Se cree que pudo ser utilizada como punto de aviso frente a ataques piratas o incursiones marítimas.

La cruz actual, de piedra granítica y gran tamaño, se erige como símbolo religioso y cultural. En Galicia, los cruceiros y cruces de monte tienen un profundo significado espiritual, representando la unión entre lo terrenal y lo divino. En el caso de la Cruz da Esculca, su emplazamiento sobre un promontorio rocoso añade un valor místico y una carga simbólica que la convierten en un auténtico mirador sagrado del Atlántico.

Ubicación y entorno natural: Ermelo y la Serra do Morrazo

El pequeño y encantador lugar de Ermelo pertenece al municipio de Bueu, en la provincia de Pontevedra. Este núcleo rural conserva una arquitectura tradicional gallega, con casas de piedra, hórreos y caminos empedrados rodeados de bosques autóctonos. Desde aquí parte la ruta más popular hacia la Cruz da Esculca, un recorrido que combina paisaje forestal, patrimonio etnográfico y vistas de mar y montaña.

El entorno pertenece a la Serra do Morrazo, una formación montañosa que se extiende entre las rías de Vigo y Pontevedra. Esta sierra es uno de los pulmones verdes del litoral gallego, con una altitud media de 600 metros y una biodiversidad excepcional. Los bosques de pino, carballo y eucalipto envuelven al caminante en un ambiente de serenidad, mientras que los sonidos del mar llegan desde la distancia recordando la cercanía del océano.

Cómo llegar a la Cruz da Esculca

El acceso más habitual comienza en la aldea de Ermelo, a la que se llega desde Bueu en apenas 10 minutos en coche. Una carretera estrecha pero bien asfaltada conduce hasta el aparcamiento junto a la iglesia de San Martiño de Ermelo, punto de inicio de la ruta. Desde allí, los senderos están bien señalizados y no presentan grandes dificultades.

El recorrido a pie hasta la cruz tiene una longitud aproximada de 2,5 kilómetros (ida) y un desnivel positivo de unos 200 metros. A ritmo tranquilo, la subida puede completarse en unos 45 minutos. El camino alterna tramos de pista forestal con sendas más estrechas entre pinos y helechos, y algunos trechos con piedra suelta donde se recomienda precaución.

Ruta de senderismo hacia la Cruz da Esculca

El sendero de Ermelo a la Cruz da Esculca es una de las rutas de senderismo más recomendadas del Morrazo por su belleza y por el equilibrio entre esfuerzo y recompensa visual. A continuación, te explicamos sus principales tramos:

1. Salida desde la Iglesia de Ermelo

El punto de partida es la Iglesia románica de San Martiño de Ermelo, una joya del siglo XII rodeada de prados y muros de piedra. Su ábside semicircular y su pequeño cementerio transmiten la quietud del rural gallego. Aquí comienza el ascenso, siguiendo las marcas amarillas que guían hacia la cruz.

2. Ascenso entre bosques autóctonos

El primer tramo discurre entre bosques de carballos y castaños, donde la sombra es densa y el aire fresco incluso en verano. Los senderos están tapizados de hojas y el ambiente huele a tierra húmeda. En primavera, las flores silvestres salpican los márgenes del camino, creando un paisaje de gran belleza natural. Este tramo invita a caminar sin prisa, disfrutando del silencio solo interrumpido por el canto de los pájaros.

3. Tramo de subida y vistas intermedias

A medida que se gana altura, el bosque se abre y el paisaje empieza a mostrar el mar. Hacia el suroeste se divisan las Islas Ons y la ría de Pontevedra; hacia el norte, el Cabo Udra y las montañas de la Serra da Groba. Algunos tramos de roca permiten detenerse para contemplar el entorno. Desde aquí, ya se puede ver la silueta de la Cruz da Esculca dominando el horizonte.

4. Llegada a la cima: la Cruz da Esculca

El último tramo es más empinado, pero corto. La cruz se alza sobre una gran roca granítica, visible desde varios kilómetros a la redonda. Una vez en la cima, la vista es sencillamente impresionante: se domina la Ría de Aldán, las playas de Beluso, la Isla de Ons y, en los días despejados, incluso las Islas Cíes. Es un mirador natural de 360 grados sobre el litoral gallego.

La cruz de piedra está orientada al oeste, recibiendo de frente la puesta de sol. En este punto, muchos visitantes se sientan a descansar, disfrutar del silencio y contemplar cómo el cielo se tiñe de tonos dorados sobre el Atlántico.

Consejos prácticos para disfrutar la ruta

Duración y dificultad

El recorrido total (ida y vuelta) tiene una longitud de unos 5 kilómetros y se completa en 1 hora y 30 minutos aproximadamente. Su dificultad es media-baja, aunque el último tramo requiere un pequeño esfuerzo por la pendiente. Es ideal para senderistas ocasionales, parejas y familias con niños habituados a caminar.

Equipamiento recomendado

Es aconsejable llevar calzado de montaña o deportivo con buena suela, ya que el terreno puede ser resbaladizo tras la lluvia. No olvides agua, gorra y protector solar, especialmente si realizas la ruta en verano. En invierno, una chaqueta cortavientos resulta útil por la exposición en la cumbre.

Mejor época del año

La primavera y el otoño son las estaciones ideales para recorrer la ruta, cuando la temperatura es suave y el paisaje muestra su máximo esplendor. En verano, los días largos permiten disfrutar del atardecer desde la cruz, mientras que en invierno el entorno se llena de tonalidades verdes y el aire es más limpio y nítido.

Recomendaciones adicionales

Evita dejar residuos y respeta la tranquilidad del entorno, ya que se trata de una zona de gran valor ambiental. Si decides hacer un picnic, utiliza las áreas de descanso próximas al inicio de la ruta. También es recomendable llevar una cámara o móvil con buena batería: las panorámicas desde la cima son de las más espectaculares del Morrazo.

Vistas y puntos de interés desde la cima

Desde la Cruz da Esculca se abarca una de las vistas más amplias de la costa sur de Galicia. Hacia el norte se divisa el Cabo Udra y la entrada de la Ría de Pontevedra, mientras que hacia el oeste se extiende la Ría de Aldán con sus calas escondidas y arenales de aguas turquesa. En días claros, se alcanza a distinguir el perfil de la Isla de Ons y, al fondo, las Cíes sobre el horizonte atlántico.

En dirección este, el paisaje se transforma en un mosaico de valles, montes y aldeas. Se pueden reconocer Bueu, Cangas, Moaña e incluso la ensenada de Sanxenxo. Esta amplitud visual convierte la Cruz da Esculca en un lugar perfecto para la fotografía de paisaje, especialmente al amanecer y al atardecer.

La leyenda de la Cruz da Esculca

Como muchos lugares cargados de simbolismo en Galicia, la Cruz da Esculca también está envuelta en leyendas. Se dice que antiguamente los marineros del Morrazo, antes de salir a faenar, subían hasta este punto o miraban hacia él desde la costa para pedir protección. La cruz, visible desde el mar, servía como guía espiritual y referencia para los navegantes. Según la tradición oral, quien llegaba hasta la cruz y pedía un deseo mirando al Atlántico, encontraba buen viento y fortuna.

Qué ver cerca de Ermelo y la Cruz da Esculca

El entorno de Ermelo ofrece múltiples opciones para completar la jornada. Muy cerca se encuentran las playas de Lagos y Mourisca, perfectas para relajarse después de la caminata. También puedes visitar el Monte do Facho en Donón o el Cabo Home, dos enclaves donde el mar y la historia se funden en panorámicas igualmente impresionantes.

Otra opción es descubrir el casco histórico de Bueu y su puerto, o acercarse al Museo Massó, que narra la historia marinera de las Rías Baixas. Los amantes de la naturaleza pueden enlazar la visita con la Ruta de Cabo Udra, creando un itinerario completo de senderismo por los principales miradores del litoral del Morrazo.

Por qué la Cruz da Esculca es un lugar imprescindible

La Cruz da Esculca en Ermelo representa la esencia del paisaje gallego: la mezcla perfecta entre naturaleza, historia y espiritualidad. Su fácil acceso, su entorno rural y sus vistas de mar y montaña la convierten en un destino ideal tanto para excursionistas como para viajeros que buscan desconectar del ruido urbano.

Caminar hasta la cruz es una experiencia que invita a la contemplación, al silencio y al asombro. Es un lugar donde la mirada se pierde en el horizonte y donde cada visitante encuentra su propia conexión con Galicia y su mar.

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