Historia de la Isla de Tambo
Antes de ir a la isla de Tambo, le daremos algunos antecedentes sobre el lugar. Esta isla ha pasado por varios usos a lo largo de la historia. Los monjes benedictinos han llamado hogar a esta pequeña isla durante siglos, pero también fue atacada por piratas, utilizada como prisión y lazareto, administrada por el ejército y ahora por el ayuntamiento de Poio.
Los restos en la isla se remontan a unos castros de la Edad de Hierro situados en el norte. Además, hay vestigios del monasterio benedictino de San María de Gracia de la Edad Media. De estos edificios sólo se conserva una antigua iglesia dedicada a San Miguel y una fuente. Desgraciadamente, durante varios ataques piratas a lo largo de su historia, el monasterio de la isla de Tambo fue destruido; uno de estos ataques lo dirigió Francis Drake en 1589.
En el lado sur de la isla, en una cueva que antiguamente se utilizaba como lazareto, hay ruinas de edificios de mediados del siglo XIX y hasta 1879, cuando se trasladaron a la isla de San Simón, en la ría de Vigo. El campamento militar siguió funcionando desde mediados del siglo XX hasta 2002, con algunos alojamientos para oficiales en la costa norte. En su costa norte existen las viviendas donde se alojaban los oficiales de la Armada y un polvorín de la Armada.
El Ministerio de Defensa está a cargo de la isla de Tambo desde hace varios años, y recientemente ha decidido abrirla a los visitantes. En la isla se encuentra la Escuela Naval Militar, por lo que el acceso había estado restringido hasta ahora.
Si le gusta la fotografía, en la isla no hay que hacer demasiadas fotos. Incluso puede que tengas suerte y encuentres algún riachuelo a lo largo de tu ruta. Este enclave está lleno de lugares con encanto, cada uno con su propio carácter. El concejal socialista Gregorio Agís explicó este lunes a la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, que se está valorando la posibilidad de que la Xunta declare árboles singulares unos ejemplares de enorme tronco que existen entre las rocas del interior del enclave. Para ser catalogados como «árbol singular» deben tener una circunferencia mínima (a 1,30 metros de altura) de 40 centímetros y estar catalogados como especies autóctonas o introducidas de gran tamaño y edad según los criterios establecidos por la legislación gallega. La delegación estatal también pudo observar cómo los mariscadores trabajan con varillas para recoger almejas del fondo arenoso cerca de la playa, durante la primera visita institucional de un funcionario ministerial de alto nivel desde marzo.
Cómo visitar la Isla de Tambo
Sólo hay una manera de que los visitantes lleguen a la isla de Tambo: Mar de Ons con alguno de sus barcos, que les llevará a puerto mediante excursiones guiadas que incluyen un viaje de ida y vuelta a la playa.
La isla de Tambo está actualmente abierta a los visitantes durante la temporada de verano 2022.
Para proteger y preservar la isla y su patrimonio natural e histórico, el número de visitantes que pueden entrar en ella está restringido. Por ello, le aconsejamos encarecidamente que compre sus billetes de barco con antelación para poder participar en una de nuestras excursiones organizadas y conocer los secretos que ofrece este encantador lugar. Tambien es necesario solicitar previamente los permisos pertinentes en el siguiente enlace.
Qué ver en la Isla de Tambo
La isla de Tambo es un hermoso espacio natural con varios atractivos, como sus dos playas (Area da Illa y A Dreidá), tres pequeños muelles y el faro de Tenlo.
Hay varios caminos que se pueden tomar alrededor de la isla desde el muelle. Si vas a la derecha, encontrarás el Area da Illa, una pequeña playa con un merendero que pertenecía al ejército y se utilizaba para las peregrinaciones. Si se gira a la izquierda hacia el sur de la isla, se encuentra la península de O Tenlo. A finales del siglo XIX, era costumbre que los protestantes utilizaran esta playa por la noche para realizar bautizos.
Además de su belleza natural, la isla de Tambo alberga antiguas construcciones que cuentan la historia de los asentamientos humanos en la isla. Algunos ejemplos son los restos de un lazareto y una pequeña capilla dedicada a San Miguel.
Se puede bañar, navegar y fondear alrededor de la isla, por lo que es frecuente ver a la gente aprovechando estas actividades en un día agradable. Sin embargo, no hay cubos de basura en el recinto, en un esfuerzo por preservar el espacio natural, de forma similar a como se hace en las Islas Cíes. Si necesita deshacerse de algo mientras está allí, espere a salir del puerto. Además, debes respetar los senderos designados, ya que si te desvías de ellos, podrías sufrir un accidente.